La Cañada de Hidum, barrio de la periferia de Melilla, de mayoría musulmana y uno de los más conflictivos de la ciudad autónoma, vive su segunda noche consecutiva de disturbios y barricadas tras las elecciones autonómicas, cuyos resultados parecen no haber gustado al grupo de musulmanes que se han atrincherado en la zona para quemar contenedores y lanzar piedras a los que intenten entrar.
Según ha informado la Consejería de Seguridad Ciudadana, los primeros problemas se han registrado esta noche en torno a las 23.15 horas, cuando la Policía Nacional y la Policía Local han acudido a la Cañada equipadas con material antidisturbios para intentar resolver el conflicto y cortar el tráfico en las inmediaciones para evitar males mayores.
Es exactamente el mismo operativo que la noche anterior, cuando un grupo numeroso de personas tuvo tomado el barrio durante casi tres horas para mostrar su descontento con los resultados surgidos de la voluntad popular. Eran las once de la noche y aún no se había completado el escrutinio, pero ya estaba claro que Coalición por Melilla (CPM), partido mayoritariamente musulmán, lideraría de nuevo la oposición frente a la tercera mayoría absoluta del PP.
Fue entonces cuando empezaron los problemas, con la quema de varios contenedores justo en la puerta del Colegio León Solá, en cuyo interior todavía se estaba haciendo el recuento de votos. Los miembros de las mesas tuvieron que salir escoltados para entregar las actas ante la Junta Electoral, ante una lluvia de pedruscos que los agentes tuvieron que combatir a base de abundante material antidisturbios.
Las barricadas se extendieron al barrio de al lado, de modo que la normalidad no se pudo recuperar hasta cerca de las dos. La Delegación del Gobierno ha quitado hierro al asunto al apuntar que los incidentes de ayer “no representaron un problema serio para la seguridad”. Aún así, por los incidentes del domingo ya ha sido detenida una persona, que ha pasado a disposición judicial acusada de provocar “desórdenes públicos”.
Los disturbios en estos barrios periféricos no son nuevos, ya que sus habitantes suelen recurrir a ellos para que sean atendidas sus demandas y reivindicaciones. Sin ir más lejos, en octubre del año pasado protagonizaron varios días de barricadas para protestar por la exclusión de cientos de vecinos en los planes de empleo organizados por el Ministerio de Trabajo e Inmigración.
Texto: MD
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