viernes, 18 de marzo de 2011


- Patética actuación de Ana Pastor ante el Presidente  de Irán
- Ahmadineyad afirma que los europeos somos prisioneros de los partidos políticos y del régimen sionista.

Como compatriota de Ana Pastor solamente pude sentir vergüenza y lamentarme por el estado actual del periodismo español.

En la entrevista al Presidente de Irán, Mahmud Ahmadineyad, la presentadora de “Los desayunos” hizo gala de todo el extravagante proceder y de la parcialidad que ha carcomido al gremio periodístico español.  Esta joven  señora o señorita debía pensar que estaba entrevistando a un heroinómano en el poblado de Valdemingómez o  al pasajero de una carroza de sodomitas el día del orgullo gay. Bien pudiera creer que se encontraba en el plató de un desquiciado programa del corazón, como  “Sálvame Deluxe”. Debía sentirse inmersa en uno de esos debates en los que a los contertulios sólo les falta sacar una bandera y el cheque expedido por el partido político al que defienden a capa y espada.

Si a esa falta de rigor y a esa actitud, la de creerse juez y parte cuando sólo debe realizar preguntas, le sumamos las muecas, las sonrisas irónicas, las contorsiones y las constantes interrupciones a su ilustre entrevistado el resultado es bochornoso. De haber sido entrevistado un mulá talibán, el burka nos habría evitado este calamitoso espectáculo. Pero como la entrevista se desarrolló en Irán, a más señas en el Palacio Presidencial,  sólo un pañuelo cubría la nuca de la coqueta periodista. Pañuelo que cayó vaporoso y, según comenta la susodicha, espontáneamente, demostrando una absoluta falta de respeto hacia el Presidente iraní y la legislación y costumbres de dicho país.

Pero claro, Ana Pastor llevaba a Irán la prepotencia y la provocación de lo que en Occidente se denomina pomposamente “mujer liberada”. Sí, esa altanería poscolonial de la modernidad y de la imposición de la pseudo moral demócrata-liberal a nivel mundial.

Si nos centramos en la entrevista en cuestión, Ana Pastor dejó escapar una buena parte de sus valiosos minutos empecinándose en discutir con Ahmadineyad sobre una pregunta retórica. Mal deben andar las Facultades de Ciencias de la Información en España de no enseñar a los futuros licenciados este tipo de fórmulas de expresión. Ahmadineyad, ante la pregunta de cómo solucionar el problema libio, culpó a EE.UU. y a Europa de haber fomentado y apoyado a las dictaduras de los últimos cincuenta años y lanzó la pregunta de  a qué países esos dictadores habían comprado el armamento.
Pues bien, aunque Ahmadineyad se respondió así mismo por activa y por pasiva, Ana Pastor seguía en sus trece. Uno de los momentos más terribles fue cuando el Presidente de Irán, entre sonrisas, insta a la periodista a que no mediatice la entrevista y que sea el pueblo español quien juzgue sus palabras.

Ahmadineyad condenó a Gadafi y dijo que los problemas debían solucionarlos los países de la región sin ingerencias de los Estados Unidos. Una intervención estadounidense sólo agravaría los problemas, señaló.

Después de la refriega en la que ella sola se había metido, y que Mahmud Ahmadineyad pretendía evitar, Pastor sacó sus garras y empezó a recriminar al mandatario persa las lapidaciones y ejecuciones de homosexualesen Irán  condenadas por el Parlamento Europeo. Ahmadineyad, en un tono más serio respondió que quién era para meterse en los asuntos internos iraníes.

A la pregunta de dónde se encontraban determinados miembros de la oposición e insinuando a Ahmadineyad un comportamiento represivo, éste le respondió que si ella abogada de alguno.

Prosiguió el Presidente de Irán haciendo un símil con los separatistas de ETA y con quienes no respetan las leyes de Irán. Según Ahmadineyad quien agrede, incendia edificios y no respeta las leyes debe ser perseguido y juzgado al igual que en España se ha perseguido a los terroristas.

Ana Pastor, entre una andanada de sonrisas de bufón, espetó al Presidente de Irán  diciendo que en España no existía el delito de opinión. Ya muy al principio de la entrevista Ahmadineyad había dicho que en Europa se podía ir a la cárcel por escribir un libro, ante lo que la periodista se hacía cruces.

En la parte final de la entrevista Mahmud Ahmadineyad afirmó que “el pueblo europeo es el pueblo más reprimido bajo la tiranía del mundo”. “Ellos (el pueblo europeo) solamente están obligados a votar a unos cuantos partidos políticos, son prisioneros de los partidos políticos y muchos partidos políticos están controlados por los sionistas. Por favor, muéstreme unos cuantos partidos políticos que puedan actuar libremente”.

Continuó el Presidente diciendo que “el pueblo europeo hoy es prisionero del régimen sionista, nadie puede hablar contra el régimen sionista. La contribución del pueblo europeo beneficia al régimen sionista, después de haber pasado sesenta y cinco años de haber terminado la II Guerra Mundial el pueblo alemán está pagando por esa guerra. Un escritor cuando escribe un libro le llevan a la prisión”.

A esta frase Ana Pastor respondió que “esto en España no ocurre”. Pues que se lo pregunte a Pedro Varela o a Juan Antonio Llopart.

Suponemos que Ana Pastor se vanagloria en estos momentos de la entrevista, es felicitada por toda la lacra periodística de nuestro país y que se recuperará de la tensión en un spa de lujo.

Que descanse.

Finis Gloriae Mundi

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