martes, 11 de enero de 2011

Blutorden.



"Und ihr habt doch gesiegt"

(Y fueron victoriosos, después de todo)

La mañana en Munich era fría, pero tras las convulsas jornadas pretéritas los componentes de aquella columna podían sentir cualquier cosa menos frío. Casi todos ellos sabían muy bien lo que era el frío del frente y la fría presencia de la muerte. Casi todos habían padecido indecibles otoños e inviernos en las trincheras del Frente Occidental o en las gélidas y heladas tierras del Frente Ruso. Pero allí marchaban, cada uno con el codo derecho apretado al de otro camarada y con el codo izquierdo junto al de otro camarada también.

Los traidores han dado al traste con un esperanzador Gobierno Nacional en Baviera que podría haber prendido en todo el Reich. Pero no se resignan, no se van a ir a sus casas o se entregarán sin lucha. Son aproximadamente 3000 hombres dispuestos a todo por Alemania.

Marchan en cabeza el general Ludendorff y Adolf Hitler, les precede la bandera de la 5ª Sección de las S.A. de Munich portada por Heinrich Trambauer y Andreas Bauriedl. La marcha es aplaudida por los muniqueses.

La policía ha establecido una fuerte barrera en la Odeonplatz. La comitiva patriota callejea hasta llegar al Feldherrhalle, el Pórtico de los Mariscales. Allí, la Policía abre fuego y dieciséis manifestantes caen muertos por las balas asesinas de la democracia.

Los mártires son: Felix Allfarth (comerciante), Andreas Bauriedl (sombrerero), Theodor Casella (empleado bancario), Wilhelm Ehrlich (empleado bancario), Martin Faust (empleado bancario), Anton Hechenberger (cerrajero), Oskar Körner (comerciante), Karl Kuhn (empleado de hotel), Karl Laforce (estudiante de ingeniería), Kurt Neubauer (criado), Klaus von Pape (comerciante), Theodor von der Pfordten (secretario del Tribunal Regional Superior), Johann Rickmers (ex-capitán de caballería), Max Erwin von Scheubner-Richter (doctor en Ingeniería), Lorenz Ritter von Stransky (Ingeniero) y Wilhelm Wolf (comerciante).

Max Erwin von Scheubner-Richter va a la derecha de Adolf Hitler antes de caer fulminado, Ulrich Graf cubre el cuerpo del futuro Führer y recibe una herida casi fatal.

Era domingo, 9 de noviembre de 1923.

Debieron pasar más de diez años de prohibiciones, luchas, sacrificios y, finalmente, de victoria para que aquellos hombres que participaron en aquel intento heroico de devolver a su país la justicia y la libertad recibieran su merecido reconocimiento.

En marzo de 1934 se instituye la "Ehrenzeichen vom 9.November 1923" (Medalla del 9 de noviembre de 1923), más conocida como la Orden de la Sangre (Blutorden) que, junto la Medalla de Coburgo, será una de las dos condecoraciones más importantes del NSDAP.

Tenían derecho a la concesión de la Blutorden los participantes en la Revolución Nacional del 9 de Noviembre de 1923. Después de 1.938, los miembros del Partido que padecieron prisión por su actividad política antes del 1933, miembros del Partido que recibieron sentencia de muerte que más tarde fue conmutada a cadena perpetua antes de 1933, heridos de gravedad a causa del servicio antes de 1933, concesión a otras personas según criterio de Adolf Hitler.

Se concedieron unas 4000 medallas de la Orden de la Sangre. Como curiosidad indicar que también fue concedida a dos mujeres, la hermana Pia de Munich y Katharina Grünewald.

Tras la derrota europea de 1945 haber sido honrado con la Blutorden suponía irremisiblemente una condena a muerte o a largos años de prisión en las cárceles y campos de exterminio de los “libertadores”.

"Und ihr habt doch gesiegt"

Por: Finis Gloriae Mundi

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