viernes, 7 de enero de 2011

Proximamente...


Libertad de pensamiento, Libertad de expresión… Este es el tótem sacrosanto en torno al cual los sanedrines de la democracia y el humanitarismo bailan cegados por su propia autocomplacencia. ¿Realidad?¿Engaño?  Indudablemente, la gran mayoría de la población se siente bien informada, aun cuando realmente no les interese lo más mínimo toda esa información que reciben. Y es cierto que el ciudadano medio tiene acceso a más cantidad de información que en ninguna otra época de la Historia, accesible desde los más variados soportes, y (supuestamente) desde cualquier punto de vista posible. Esto debería hacernos pensar que si, que es real esa Libertad pregonada cada día, desde cada púlpito del sistema. Pero he aquí que, si rascamos un poco debajo de esa esplendorosa superficie del edificio de la Libertad Democrática (así, con mayúsculas), no es que salte el estucado de las paredes, es que se resquebraja el edificio hasta los cimientos, y se hunde estrepitosamente entre gritos de vergüenza y frustración de los crédulos que hasta ese momento se habían mostrado deslumbrados por el falso brillo de su falsa Libertad. Unos cuantos ejemplos de esto que decimos son lo que nos ha movido a crear esta plataforma, Radio Resistencia.


Nacemos para luchar contra un sistema que encarcela a jóvenes nacionalistas por defender su vida del cobarde ataque de una masa de antifascistas sedientos de sangre, y además miente y manipula conscientemente esa información para criminalizar al único sector de la juventud que podría ser un obstáculo para sus fines.


Nacemos para luchar contra un sistema que encarcela a libreros bajo falsas acusaciones de apología de genocidios sobre los que cada día duda más gente. Nos acusan de hacer apología de algo que negamos que haya sucedido. Esto es una pirueta legal sin precedentes. Pueden sentirse orgullosos.
Nacemos para demostrar a nuestro Pueblo que no hay que tener miedo de llamar a las cosas por su nombre, que todo eso que escuchamos en el bar, en la panadería, o en la parada del autobús cada día, no son palabras de racistas asesinos de las que haya que avergonzarse, sino el grito de desesperación de un Pueblo que se ve a la deriva y no sabe porqué.


Nacemos, en definitiva, porque la Libertad no es algo que ninguna dictadura del oro camuflada en democracia tiene que venir a regalarnos, sino que como Hombres Libres, españoles y europeos, haremos lo que haga falta para conquistarla. La Libertad para Europa, para nosotros, y para nuestros hijos.
Esperamos que nuestro trabajo sirva, día a día, para que la llama de la Libertad nunca se apague del todo, y si hacemos que solo en un corazón renazca la esperanza y el orgullo, habrá valido la pena todo el esfuerzo.


Te esperamos en la Resistencia.

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