miércoles, 5 de enero de 2011

Carnes ecológicas.

Hay quien siente un gran amor hacia los animales, pero por razones de salud, imposibilidad o simplemente no desearlo, no son vegetarianos. A veces no es necesario llegar a extremos para hacer un pequeño gesto por nuestros compañeros de viaje por el paso en esta vida.
Ciertamente los lugares donde se reproducen, crían y matan a los animales que sirven de alimentación al ser humano son lugares inhumanos, no dignos de lo que debiera ser la cabeza piramidal de la naturaleza, ya no por ser la especie más depredadora, sino por la continua evolución que el sentir y el pensamiento ha ido llevando a cabo en el hombre llegando a decirse que ese pensamiento nos separa del resto de animales.
Esa evolución le ha hecho valorar el medio y quienes conviven con él, y así mismo la necesidad y la conexión que existe entre su existencia y la del resto de animales y fauna.
Una opción respetuosa con la vida animal, y que es contribuyente con el equilibrio existente de las cosas, equilibrio que ha dado vida durante siglos y siglos, un equilibrio sumamente delicado y que por mucho que algunos “humanos” crean dominar, son solo una hormiguita en la obra magna de la madre naturaleza, es la opción del consumo de carnes ecológicas.
Carne ecológica
Este tipo de ganado recibe una buena alimentación, una alimentación natural y propia de su especie por naturaleza, no una serie de piensos y hormonas para su maduración y engorde rápido, para así poder sacrificarlo lo antes posible y que dé dinero rápidamente a la industria cárnica a la que el animal le haya tocado pertenecer.
Estas ganaderías son una nueva tendencia que implica considerar determinadas reglas en la producción.
En la cría de este ganado existen dos sistemas de alimentación uno es “feedlots” en el cual la fuente principal para la alimentación son los granos y sub productos industriales, el otro sistema es el de “pasturas”, donde su fuente principal es el pasto.
La alimentación por pasto se describe como refinado y limpio, el sabor es gracias a las pasturas y las variables estaciones en el cual se cría cada animal.
Esta carne no procede en ningún caso en que los animales sean alimentados productos de origen animal, ni con estimuladores de crecimiento. Entre los animales que se crían de manera natural están el cerdo, pollo, ternera, cordero.
La carne ecológica procedente de la cría de ganado y ave, forma parte del agroecosistema, dónde los productos ecológicos de origen animal juegan un papel fundamental, éstos cierran los ciclos de producción, aportando el estiércol para el abono y ampliando las rotaciones con cultivos de forraje o praderas temporales. Entre los animales que se crían de forma natural, destacan el cordero, la carne de ternera, vedella ecológica, cerdo y la carne de pollo.
Vedella ecológica de gran calidad se produce en Cataluña, siendo este el nombre que allí le dan cuando el consumidor va a comprar ternera ecológica, liderando este ganado la producción de carne orgánica en España, donde por comunidades destacan Extremadura, Andalucía y Cataluña.
También la ganadería Gavisa, en Cenicientos Madrid posee gran prestigio y calidad, llegando a abastecer restaurantes en varios puntos de España.
El ganado vacuno, porcino, avícola y otros animales que darán carne ecológica, deben tratarse respetando las técnicas aprobadas en la Convención Europea para la Protección de Animales Criados con propósitos Ganaderos, adoptada mediante la resolución 78/923/CEE del Consejo, y las normas de la Directiva del Consejo (sobre la Protección de Animales Criados con Propósitos Ganaderos), y deberán estar orientadas al mantenimiento de la buena salud del ganado mediante dietas apropiadas, recurriendo lo menos posible a los productos veterinarios.
Estos ganaderos concienciados sólo usan tratamientos fitoterapéuticos o homeopáticos en el caso de que el ganado enferme. Rechazando los métodos intensivos de explotación del ganado, tales como, la estabulación permanente, el confinamiento prolongado, la falta de libertad de movimiento, el amarre, la explotación en batería y el alojamiento en ambiente controlado, generan unos animales más saludables, mucho más resistentes a las enfermedades y con mejor calidad de carne. A los animales se les garantiza luz natural, suficiente espacio para el libre movimiento y áreas de reposo. La venta de carne ecológica implica además que el transporte de los animales y su sacrificio también se regirán por diferentes directivas que intentan tratar a los animales de modo ético y que sufran el menor estrés y dolor posible.
Todos los animales habrán tenido, además, una lactancia natural adecuada. También se rechazan técnicas de sincronización del celo, no naturales, la transferencia de embriones y la manipulación genética.
La miel ecológica, también se considera un producto orgánico procedente de animales y deberá proceder de abejas que se alimenten en zonas claramente definidas y gestionadas de acuerdo a un reglamento de la Unión Europea.
Carmen Martín

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