Hasta el pasado mes de de septiembre, más del 70% del nuevo empleo creado en España fue absorbido por trabajadores inmigrantes, aprovechándose los empresarios las condiciones laborales más precarias que suelen aceptar este colectivo de trabajadores, y que viene a precarizar el mercado laboral español y a reducir la protección de los trabajadores. A pesar de que de los casi dos millones de empleos perdidos desde el estallido de la crisis económica y financiera, a mediados de 2007, sólo el 9%, unos 181.000, pertenecían a inmigrantes.
En el semestre abril-septiembre de 2010 los trabajadores inmigrantes absorbieron 109.000 nuevos puestos de trabajo, frente a los 42.000 de los trabajadores nacionales. Cuando los inmigrantes representan sólo el 17% del total de los ocupados.
Por otro lado, en el semestre anterior, los trabajadores inmigrantes acapararon el 26% de la destrucción de empleo, viéndose afectados por la destrucción de 126.000 de los 476.000 puestos de trabajo destruidos.
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