Esparta y su ejemplo. Por tradizionalmente.it
La grandeza de Esparta y su valor eterno –visto en cualquier contingencia histórica- reside en el centro del Estado y de sus estructuras, en la formación del hombre durante toda la vida. Es inmensa la gratitud que debemos a las luchas de la población espartana que con el ejemplo de sus componentes ha tenido la capacidad de reconducirnos - recordamos la gesta pero también los hábitos cotidianos- a lo esencial. Para el hombre de hoy la formación es mucho más complicada de conseguir porque a menudo penetra en un momento de plena madurez a partir de la cual las carencias y los principales defectos han cristalizado. Todavía, sin embargo, la existencia de realidades militantes fieles a la Luz de la Tradición, unida a la voluntad de cambio ofrecen preciosas oportunidades que no hay que subestimar.
El mito de Esparta.
El Mito de Esparta existe desde hace muchos siglos, y fue creado por aquellos que en Grecia representaban precisamente su modelo antagónico: Atenas. Ya entonces, aunque de forma menos acentuada, se manifestaba el conflicto entre dos modelos diferentes de entender el Estado, uno basado en la autarquía y en la educación esencial, el otro sobre los intercambios comerciales y sobre una formación que en algunos periodos deriva de una decadente especulación filosófica.
A la distancia de los siglos, desde la batalla de las Termópilas, durante el Tercer Reich se manifestó una clara voluntad de retomar y revivir, también a través de estudios serios y profundos, el mito de Esparta, que de tal manera pasaba por enésima vez de una dimensión temporal e histórica a una dimensión mitológica: porque, ¿ qué otra cosa es el mito si no la fijación del dominio en el eterno de un evento heróico en torno al cual ordenar la propia existencia o la de un pueblo entero? ¿cúal era la riqueza profunda de Esparta que el pueblo alemán quiso hacer propia?. Simplemente se trataba de la transformación del hombre en héroe, de la creación de un hombre nuevo. La legendaria lanza con la cual se suele representar al guerrero Espartano, era el acto concluyente de una vida, la consecuencia de un estilo y de un carácter –adquirido a través de una formación precisa – espejo de una transmutación ontológica del ser.
La educación y el ejemplo
Los niños como bien sabemos por los diversos testigos antiguos, eran desde pequeños apartados de la familia y vivían con los jóvenes de su edad, siendo mantenidos la mayor parte del tiempo al aire libre y en medio de la naturaleza en la cual la batalla era presentada como un juego exaltándose el aspecto lúdico. Otro aspecto importante de la formación en Esparta residía en el respeto que se reservaba a los adultos y a los Padres, a los cuales los jóvenes veían como seres netamente superiores, hijos de una descendencia heróica y divina que un día también ellos deberían honrar; era realmente el conocimiento de poseer sangre divina. En virtud de aquel modelo humano los niños tenían presente en ellos el objetivo de conseguir el heroísmo.
El heroísmo
Hoy la comprensión del heroísmo es limitada, estando ausente en las instituciones y en las estructuras sociales formativas; para el hombre el héroe es el símbolo de la dirección de desarrollo del propio ser, no por casualidad los héroes son representados con una mitad divina para evidenciar la capacidad de puente entre la tierra y el cielo, un puente para cabalgar solo después de haber cumplido un largo y continuo trabajo sobre si mismos. El heroísmo es vivir y morir por la Patria, una patria no geográfica, sino una Idea, un modo de ser y un sentir interior que liga hombres con hombres, el mismo valor que ha conducido a jóvenes franceses y españoles a defender Berlín hasta el último hombre, dando al mundo un claro ejemplo de lo que significa Patriotismo.
Las Termópilas
En la batalla de las Termópilas, en el intento de frenar el avance del ejército persa por parte de 300 guerreros, cuidadosamente seleccionados, en el que murieron todos, incluido el rey Leonidas; la luz inmensa emanada de aquel evento conclusivo (que duró 3 días de lucha ininterrumpida) no debe dejar en la sombra toda la preparación y construcción de la personalidad que lo produjo.
Autosuperación.
El objetivo de la organización espartana era el de conseguir todo lo posible del hombre, hacer emerger la capacidad escondida y exaltar la evidente. También tomando la de otros pueblos como los Indios americanos encontramos la misma concepción de la formación , tomando el ejemplo de los Sioux en el que los jóvenes que aspiraban a convertirse en guerreros se inflinjían, durante una danza llamada del Sol, con todos los sufrimientos inimaginables solo para vencer el dolor y triunfar sobre las partes más bajas de si mismos. Los Apaches obligaban a correr 30km con agua que solo podían beber cuando llegaran a la meta. Este principio de poner al hombre frente a pruebas extremas para exigir el máximo de uno mismo, es cercano a su propia naturaleza.
El sacrificio y la redención para la restauración final.
Hay un aspecto que no debemos olvidar. La Tradición y la historia, que no es una manifestación, nos enseña que cada sacrificio es una redención, porque todo aquello que se hace tiene su consecuencia. Basta pensar que el sacrificio de un solo hombre (Cristo) determinó el nacimiento de una religión y de un poder político que ha dominado Europa y conquistado gran parte del mundo, triunfando sobre la realidad preexistente; la misma batalla de las Termópilas hay que verla solo bajo esta óptica, el sacrificio de 300 como un verdadero rito sagrado ha provocado a las fuerzas del cielo y determinado después la victoria del mundo griego en las posteriores batallas de Maratón y Salamina. ¿Pero cuando llegará nuestro Maratón? No hace falta esperar el futuro ya que diferentes elementos permiten presagiar un despertar de diferentes elementos de las conciencias que sugiere una reacción interna del hombre y de su más profunda naturaleza también porqué como nos han enseñado nuestros antiguos “Naturam expellas furca, tamen usque recurret”, esto es, puedes remover la naturaleza con un horcón, pero ella volverá siempre a reafirmarse. Los tiempos no se pueden determinar con precisión también porqué el adversario tiene en sus manos medios potentes mediante los cuales los media continúan llevando a cabo el lavado de las mentes a través de técnicas basadas en estudios científicos
El ejemplo de Esparta en la via militante.
La obligación del militante, basándose en el eje del ejemplo de los guerreros espartanos en las Termópilas, es el de cultivarse a si mismo y alinearse con el Cosmos, de modo tal de estar preparados para cualquier convencimiento en el pensamiento de que el sacrificio de tres millones de hermanos no ha sido en vano. Pero, ¿cómo poder actualizar hoy la formación Espartana?. El problema no es de fácil resolución ya que debemos considerar que, no teniendo una estructura que encamine el ser en la justa dirección, todo depende de la propia voluntad y de la propia libertad de elección; todavía podemos , en cualquier modo, considerar los principios en torno a los cuales organizar la propia existencia:
Superación del individualismo
- Búsqueda de aquello que es fatigoso. Rechazo de la comodidad.
- Preferencia de las inquietudes en lugar de la tranquilidad.
- Conocimiento y superación de los propios límites.
En definitiva, hace falta transformar la propia vida en un camino que lleve a integrarse en estructuras más amplias, sin olvidar la centralidad –también en Esparta- del aspecto comunitario, a través del cual el joven encontraba estímulos y sostén para su propia formación partiendo siempre del presupuesto de que es muy difícil ser un severo juez de si mismo, mientras que el trabajo es una realidad comunitaria fuerte y ágil para la comprensión de si mismo y la superación de los propios límites.
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