La gracia del asunto está en eso de los skinjers. En esta serie el argumento para hacerse skinjer es (que alguien me corrija) que te haces una novia pija con un hermano racista que te obliga a pegar a guachupinos y a gayers porque un amigo tuyo gayer te da un beso con lengua y tu novia te dice que el otro se ha excitado. ¿Visto?
Hasta aquí el prólogo, ahora viene el cambio de estética. La novia del chaval este le regala una rapadora, probalemente un fetiche sexual, a lo que el mozalbete se rapa la cabeza y a la otra se le hace el chirri agua. Lo siguiente es ponerse una bomber negra, sí, de esas de abuelo. Y no me extraña, puesto que los supuestos skins-coleguis de este individuo son gente normal rapada con ropa de Pull & Bear y botas, incluso alguno con camiseta de rayas y chupa de cuero. Muy bien documentados los guionistas, sin duda.

Sin Gel
Y lo próximo ya es agredir verbalmente a profesores y demás, claramente inspirados por las canciones de División 250. Pasado esto, vuelve a agredir a una serie de sudacas religiosos y se vuelve a ver la cara de satisfacción de la fascinovia, y ya está.
Ahora falta ver como seguirá la evolución de este chico, seguramente se arrepentirá cuando los fasci-racistas le dejen tirado ante una redada policial o cosas así, le meterán en la cabeza a la juventud que eso de ser racista es malo y tened por seguro que no echará ningún discurso serio hablando de que defender a tu país es un deber más que un derecho y que sus razones para estar en contra de la inmigración son X. Pero bueno, después no nos asustemos cuando vemos hordas hantifascistas de 14 años, la tele les adoctrina y aun así se creen libres y con derecho a decidir. Olé.
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