-Origen:
Una de las celebraciones anuales más importantes es la del Yule, vocablo procedente del nórdico Jul, que significa “rueda”, aunque en la Tradición Caledonia recibe el nombre de Alban Arthan, porque como en todo hay que saber el verdadero significado ahí va mi escrito efectuado con la ayuda de varias fuentes.
Esta costumbre se remonta a Egipto, en el 5000 a.c. (festejaban el nacimiento de Horus, su “rey sol”), los antiguos sumerios (festejaban el nacimiento del dios Mitra), y ha sufrido cambios, pero ha estado presente desde entonces en multitud de culturas; la celta la adoptó hacia el 1100 a.c.
Antigua fiesta pagana para conmemorar el nacimiento de deidades solares, como Mitra; su celebración es intrínsecamente pagana (aunque coincida con la celebración de la navidad). El culto a la Madre Tierra y a los astros que la abrigan, son de vital importancia en el terreno de la espiritualidad pagana, los ciclos naturales son “comuniones” entre los diferentes dioses que dirigen nuestro mundo y vidas. El reconocimiento de los signos naturales que se manifestaban en nuestro medio ambiente, que influían en el abastecimiento de alimentos provenían de la cacería y la agricultura; ello hacía que en la antigüedad se esforzaran en saber, conocer y estudiar a fondo los ciclos que se desarrollaban una y otra vez en la naturaleza, así nacería la mitología y ciencia.
Conocer los ciclos requería de mucha observación, sus estudiosos (hombres y mujeres) fueron tratados como gentes del conocimiento, derivados a tareas médicas, astronomía, chamanes, sacerdotes y sacerdotisas, puentes carnales entre el poderío de la naturaleza y el carnal.
Como muestra de gratitud, aceptación y alegría por la nueva vida que renace en cada ciclo estacional, sus procesos, sus formas, clemencias e inclemencias, dando continuidad en el giro de la gran rueda nacen estas celebraciones. La obra de la Madre Naturaleza.
El crudo y férreo invierno, es tan solo el anuncio de la benévola primavera. Es el anuncio del florecimiento de los frutos que pare la Tierra y que nos darán la vida. El invierno no es tristeza o muerte, esa es solo su apariencia, es el preludio de un nuevo florecer de la vida en la Tierra.
Todo esto está regido por los ciclos anuales, en los que ocurren las cuatro estaciones, con un inicio o fin, mediante los equinoccios y solsticios. De este modo ocurren dos solsticios y dos equinoccios que se alternan, marcando el inicio de una nueva estación.
Para los Odinistas, el solsticio de invierno –21 de Diciembre- marca el inicio del año nuevo.
Razón:
En esa noche de Yule, el dios Ingvi Frey, monta su jabalí trayendo luz y fertilidad. Jol es el comienzo y el final de todas las cosas. La oscuridad y la luz unidas. Es una celebración de alegría, de festejos y regalos. De compartir el gusto por la vida. Wotan sale de cacería y si los niños dejan sus zapatos llenos de heno y azúcar para Sleipnir, su caballo de ocho patas, Wotan les deja a cambio un regalo.
Tras la muerte del Astado en el paganismo celta, en el Samhain, renace el niño Sol, que crecerá y se unirá a la Diosa en Beltane para fecundar la Tierra y morirá de nuevo con la última cosecha. El fuego de Yule está en el hogar, y es celebrado junto a los más allegados, con mayor calma que el de verano.
En los dos equinoccios que transcurren al año, existe una igualdad de tiempo entre el día y la noche.
En los solsticios hay una marcada diferencia entre el tiempo que transcurre en el día y el que existe en las horas nocturnas.
Solsticio viene de Sol y sistere, quedarse quieto, es el instante en que el sol se queda inmóvil. En diciembre muere el año solar, al tiempo en que nace el nuevo.
En el solsticio de verano, el día es más largo que la noche, mientras que en el solsticio de invierno, la noche es más larga que el día, y es en ésos momentos donde se marca la noche más larga del año, es un largo tiempo en penumbras, se espera ansiosamente el nuevo reinado de Sunna, la salida del Sol y el apoderamiento paulatino de la luz y el calor de la superficie y envoltura de la madre Tierra.
La celebración de Yule dura 12 días, asemejando el deambular de la rueda solar los doce meses del año.
Celebración:
En el inicio de Jol, se encendía el fuego, el cual se mantenía encendido durante los 12 días siguientes, y en donde se brindaba diariamente como símbolo de honor hacia las acciones en esos meses.
En las tradiciones paganas uno de los fuertes fundamentos es el uso de adornos, uno de ellos el árbol. Simboliza el tronco del Jole (El gran roble Yggdrassil/Irminsul). Se decoraba con velas, un simbolismo de luz/Sol durante 12 días, se le hacían ofrendas a los dioses y se realizaban libaciones frente a él con aceite, sal y vino.
Al doceavo día, el árbol se quema y las cenizas son esparcidas en el campo o en dos linderas de las casas para regenerar la tierra y tener suerte, prosperidad y abundancia en el próximo año. Se dice que las cenizas del Tronco de Yule protegen la casa del mal y proporcionan suerte y abundancia, pero para ello debe arder, al menos, durante doce horas ininterrumpidas; lo cual no es difícil, puesto que el tronco suele prepararse con ofrendas y libaciones de vino que hacen que su combustión sea más lenta.
El abeto, el pino y el cedro están siempre presentes en coronas, representando la rueda solar o Sun cross, que se colocan en paredes o puertas. El ofrendar dulces, manzanas, muérdago y el color verde del follaje también es característico.
Nuestros antepasados encendían grandes fogatas en la noche de Yule. Bailaban a su alrededor toda la noche para llamar al amanecer, girando y girando para invocar al cambio, tanto en el aspecto interno como en el externo. Y la perfecta quietud de las imágenes de Yule (las velas y adornos luminosos en la oscuridad de la noche) nos recuerda que, justo cuando las cosas parecen haber perdido esperanza y apagarse, el ciclo cambia y la luz retorna.
En los últimos tiempos el fuego fue domesticado y traído dentro de las casas con la forma de tronco navideño. Se elegía un tronco grande, se le arrastraba a la casa y se preparaba para ser utilizado. Se tallaban soles, figuras masculinas y otros símbolos mágicos en su superficie, y se decoraba con hojas.
El muérdago, cuyas bolas blancas fueron reverenciadas por los druidas como el semen del dios, se puede colgar encima de la puerta para efectuar la costumbre tradicional de besarse debajo – seguramente nuestros antepasados hacían algo más que besarse bajo este símbolo sagrado de fertilidad -.
La recreación de una Cueva Sagrada dónde la Madre da a luz al Niño Sol, es el famoso “Belén”…
La cueva tiene la estabilidad de la Tierra y su energía. Es una representación de la Tierra, de la quietud del invierno y del vientre protector de la oscuridad.
Santa Claus:
El personaje de San Nicolás viene de Wotan (Nik otro nombre de Odin) vestía de verde, llego a América con los Europeos inmigrantes, y travestido con los años por la marca Coca-cola de rojo y de capitalista espíritu es ahora la cara vista de la verdadera tradición, o sea una burla. Figura tomada del paganismo, poseedor de características propias de Cronos, Thor, Odín, el Abuelo Hielo ruso…
La verdadera historia, la de Papa Noel, el árbol de navidad, los regalos, etc, son aspectos profundamente paganos, pero que han podido sobrevivir por muchos años aunque muchos no sepan la verdadera esencia y valor de esas tradiciones. Su significado antiguo es muy sencillo, valorar la vida, dejar fluir en esos días la esencia en lo que nos rodea del fuego, el sol, la luna, la tierra, promoviendo la unión de los individuos a través de la unión de las fuerzas naturales solo así será más cierta la supervivencia en la prosperidad y la unión y fortaleza de nuestra familia.
Las deidades más reverenciadas en este tiempo son la Diosa como Madre del niño Sol (Isis, Isthar, María…)no por ser fecundada por su consorte, sino con la Sabiduría y el Poder de la Anciana, reina del Submundo, de allí que viene el Sol y sólo ella puede devolverlo a la Madre Tierra, permitiendo así su renacimiento.
¿Por qué ese día?
Aunque se celebre el día 21 de diciembre no siempre ha sido así. Tengamos en cuenta que nuestros ancestros no tenían calendarios, así que se regían por las ordenanzas de la Tierra, por el nacimiento de determinados frutos, digamos el momento del calendario natural (que no es rígido), incluso esta celebración podía verse influenciada por el comportamiento o actividades de los animales del entorno.
Durante el siglo IV, el Papa Julio I decidió superponer la celebración de la Navidad cristiana a los antiguos ritos del Solsticio para facilitar el tránsito de la Antigua Religión al cristianismo. Por este motivo la Navidad, antes sin fecha de celebración determinada, fue instaurada en el veinticinco de diciembre.
Tradiciones comúnmente asociadas a la Navidad tienen sus raíces en los ritos de Yule, como por ejemplo decorar el árbol o intercambiar regalos y no son propias del cristianismo como comúnmente se cree.
Oración para ritual pagano:
Divina luz
¡Por fin despiertas!
De esta serena noche
No serás presa.
Niño consorte de la Diosa
Conjunción con la poderosa Tierra
Con el aliento de los dioses
Bienvenido en el norte, sur, este y oeste
Renacidos en el poder de este fuego
Bienvenido sea el Sol nuevo.
Bañado en la pureza de las aguas
No te me apagues.
Bendice tierra, mares, cielos y bosques
El manantial y la ventisca serena
Feliz venida
Feliz encuentro.
***
Trazado y Cierre del Círculo o la consagración del pan y el vino.
Carmen M. Padial, Arawn
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