España es el gran aliado de EEUU para el cultivo de transgénicos en Europa
Un transgénico es una planta a la que se le ha modificado un gen para proporcionarle alguna cualidad. España es el mayor aliado de EEUU en su pugna por extender el cultivo de los transgénicos en Europa. Como refleja que el secretario de Estado de Medio Rural, Joseph Puxeu, pidiese a la embajada norteamericana en Madrid que mantuviese la presión sobre la Unión Europea para que la biotecnología continuase siendo una opción para sus Estados miembros.
La Unión Europea sólo tiene aprobado el cultivo de maíz transgénico. Aunque única es cultivado en España, la República Checa, Portugal, Rumania, Polonia y Eslovaquia. Mientras que Austria, Francia, Alemania, Grecia, Hungría y Luxemburgo, aplican la cláusula de salvaguarda, que permite vetar el cultivo si tienen nueva información de un transgénico constituye un riesgo para la salud o el medio ambiente.
Un informe del 19 de mayo de 2009 de la embajada recoge la impresión extendida entre la industria biotecnología de que si España prohibiese el cultivo de transgénicos, el resto de Europa seguiría su camino.
El Gobierno de España ha sido un gran defensor del maíz transgénico debido a su gran demanda interior para alimentación animal. De hecho, en España se cultiva el 75% del maíz transgénico de la Unión Europeo. Lo que no impidió que votase junto a Francia y otros Estados de la Unión europea para permitir que cada Estado pudiese vetar el cultivo de un transgénico. Este cambio de postura debemos de enmarcarla dentro del agradecimiento a Sarkozy por permitir que España asistiera como invitada de Francia al G-20.
En 2008, el maíz transgénico en España supuso un 30 del total cultivado, con más de 80.000 hectáreas cultivadas. Sin embargo, en los últimos años el movimiento anti transgénicos ha sufrido un fuerte avance, aumentando la preocupación de EEUU. Euskal Herria aprobó el 21 de abril de 2009 una dura legislación con la pretensión de que los transgénicos contaminen otros cultivos. En julio de 2009, el Parlamento catalán derrotó una iniciativa similar con los votos del PSC, CiU y PP. Mientras que en abril de 2010 se manifestaron delante del Ministerio de Agricultura solicitando la prohibición del cultivo de transgénicos.
El mismo secretario de Estado de Medio Rural en un intento de defender públicamente los transgénicos, advirtió que productos como el pan, las levaduras, los vinos, los quesos y la insulina de los diabéticos están elaborados con productos transgénicos.
La misma embajada valora positivamente para lograr una mayor aceptación de la agricultura biotecnológica, la decisión de fusionar los ministerios de Agricultura y Medio Ambiente, porque hará perder fuerza e influencia a las tendencias anti transgénicos. Cuando un año antes, la misma embajada, mostraba su preocupación por las presiones de Medio Ambiente sobre Agricultura para endurecer un real decreto sobre la coexistencia de cultivos transgénicos y cultivos tradicionales para evitar la contaminación. Por su puesto, el decreto no fue aprobado.
Por otro lado, la embajada destaca el nombramiento de Cristina Garmendia como ministra de la Ciencia. La cual trabajaba para un grupo industrial de biotecnología no agraria.
Documentos de la embajada recogen que el 15 de octubre de 2009, el jefe de gabinete del secretario de Estado de Medio Rural, Eduardo Díez Patier, adelantó a responsables de la embajada que España votaría a favor de la importación de tres variedades de maíz transgénico que la Unión Europea votaría cuatro días después, aunque advertía las pocas posibilidades existentes de que prosperase.
Al contrario que la industria y los científicos, los europeos consideran que los cultivos transgénicos no ofrecen beneficios y son inseguros. Así lo refleja una encuesta publicada por el Eurobarómetro el pasado 12 de noviembre, que mostraba el incremento del rechazo a los transgénicos, pasando del 57% que se oponía en el 2005 al 61% actual.
Según informaciones de la embajada, la transnacional Monsanto defiende que detrás de la estrategia anti transgénicos se encuentra el acuerdo entre Gobierno francés, Greenpeace y Amigos de la Tierra, por el cual el Gobierno francés apoyaría el movimiento libre de transgénicos si los activistas ignoran las iniciativas nucleares del gobierno.
El 22 de abril de 2008, EEUU comunicó a Francia que su veto a los transgénicos esta fundamentado en criterios políticos y no científicos. Obligando a las transnacionales posiblemente a pedir compensaciones en un futuro. El Gobierno francés y la Comisión Europea intentaron tranquilizar a EEUU asegurándole que únicamente se trataba de prohibir el cultivo, nunca la importación de alimentos.
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