lunes, 9 de agosto de 2010

Hiroshima y Nagasaki: Para no olvidar.

Hoy hace 65 años de la masacre de Hiroshima y Nagasaki. Un 6 de agosto de 1945 a las 08:10 de la mañana el terror y la muerte, la agonía y la enfermedad irrumpieron en las vidas de sus 350.000 habitantes. A las 8:15 horas un bombardero militar americano llamado “Enola Gay” arrojaba una bomba atómica que por nombre tenía “Little Boy”. La destrucción fue lanzada en el mismo corazón de Hiroshima.

Little Boy era una bomba, de uranio enriquecido, y fue detonada a 600 metros de altura sobre la ciudad, estallando con una fuerza equivalente a la de 12.500 toneladas de explosivo altamente destructor.

Hiroshima quedó reducida a escombros, y se estima un número aproximado de 200.000 muertos.

El 9 de agosto, tres días después, la bestia americana, arrojó una segunda bomba esta vez llamada “Fat Man” y en esta ocasión de plutonio. La muerte volvió a reinar, la destrucción masiva y la muerte de 100.000 personas más.

Los que no se volvieron instantáneamente polvo, sufrieron una combustión inmediata por el extremado calor que superó los 5.000ºC de temperatura. Partes de los edificios se llegaron a derretir. Algunos supervivientes solo lo hicieron por unos pocos días más.

Luego vino la enfermedad. Empezaron a aparecer alteraciones en la salud en aquellas personas que aparentemente habían resultado ilesas por las bombas de Hiroshima y Nagasaki. Síndrome agudo de radiación, diarreas, hematomas, pérdida total o parcial de pelo, disminución extrema de los glóbulos blancos de la sangre, cansancio generalizado…

Los supervivientes de Hiroshima y Nagasaki se autodenominan “Hibakusha” y muchos de ellos están afectados por aquellas explosiones cuyos efectos sufren todavía en forma de graves alteraciones de su salud como anemia, leucemia y tumores malignos. Además, muchos de ellos padecen graves trastornos psíquicos y alteraciones de su conducta social.

Cientos de miles de personas siguen necesitando tratamiento médico.

Theodore Van Kirk, uno de los militares que lanzaron la bomba atómica sobre la ciudad japonesa de Hiroshima a bordo del avión de combate B-29 ‘Enola Gay’, sigue vivo, y sigue sin poseer conciencia.

Van Kirk, asegura que “Bajo las mismas condiciones que teníamos en la Segunda Guerra Mundial, el 6 de agosto de 1945, definitivamente, lo volvería a hacer“, algo que se recoge en unas declaraciones a Catalunya Ràdio y difundidas por Europa Press.

“Era la forma más humana de acabar la guerra”.

Estados Unidos no era quien para decidir la forma de morir de otros seres humanos, no es quien para ajusticiar, pero sí que es la bestia inmunda e inhumana que es, gracias a todo el historial que hay tras de sí, historial que dio comienzo el mismo día que empezó el genocidio al pueblo americano originario y todo lo que vino después y sigue viniendo.

En Hiroshima y Nagasaki, se probó en seres humanos los efectos de unas bombas, nada tenían que ver otras cuestiones. Ahora la invención es que son otros los que poseen bombas y por eso siguen usando la guerra, como si fueran el pueblo elegido para ordenar y distribuir la tierra y a los eres que la pueblan.

“Estados Unidos es el único país de la Tierra que ha utilizado la bomba atómica y aún posee armas atómicas”, afirma la japonesa Haruko Moritaki que representa a la organización Coalición Internacional para Prohibir Armas de Uranio.

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