Usura.

La práctica de la usura ha estado sometida a prohibición desde los tiempos antiguos ,y los males sociales que conlleva la usura han sido reconocidos por las más importantes tradiciones de la humanidad.
Entre los antiguos filósofos de Occidente que condenaron la usura podemos nombrar a Platón, Aristóteles, los Catones, Cicerón, Séneca y Plutarco. En las reformas legales (Lex Genucia) de la República romana (340 a.C.) se prohíbe la usura y el interés.
En el siglo VIII, bajo Carlomagno, la usura fue declarada como delito. El movimiento anti-usura ganó ímpetu durante la alta Edad Media y alcanzó su cenit en 1311 cuando el papa Clemente V prohibió totalmente la usura y declaró toda legislación secular en su favor, nula.
Durante la Edad Media la usura era considerada un robo, ahora, a finales del siglo XX y principios del siglo XXI, la usura se ha convertido en norma, se le ha cambiado nombre, se la refiere como especulación, y se le han dado unas supuestas reglas, llamadas oferta y demanda del mercado, se ha la vestido con señores trajeados, grandes edificios, y sacrosantos templos, las bolsas. Pues el papel lo aguanta todo, siempre que tenga forma de balance y cuenta de resultados.

Aunque con una diferencia muy importante, en la Edad Media quienes realizan esta práctica reciban el mismo castigo que quien robaba, pero ahora quienes la han usado y se han aprovechado de ella no van a recibir castigo alguno, sino todo lo contrario, los gobiernos salen en su apoyo y les cubren las espaldas, para que sus grandes fortunas no se vean mermadas, mientras las cuestiones microeconómicas, el trabajador de a pie, es despedido de forma indiscriminada y con ello privado de los recursos que le permitan un nivel de vida digno.
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