sábado, 28 de agosto de 2010

La paradójica solidaridad.



El pasado 24 de agosto en plena asfixiante ola de calor, se nos vino encima otra ola, ésta vez informativa sobre cierto rescate de unos cooperantes españoles que permanecían retenidos en Mauritania. Imagino que ya sabéis de lo que estoy hablando, pues el bombardeo sobre los hechos ha sido intenso y largo.

Seguro que algunos en éste punto de la lectura estaréis pensando que mis palabras están algo cargadas de indignación, pues efectivamente, así es.

Cierto es, que éstos dos hombres han pasado por una experiencia muy crítica y dura, y sin lugar a dudas traumática. Es innegable que padecer el cautiverio durante 9 meses en pleno desierto acompañado de unos criminales, donde cada día puede ser el último es algo terríble, y muy duro.

Sin embargo, cabe recordar que los únicos responsables de la situación son los propios liberados y sus amigos de la ONG Barcelona Acción Solidaria. Seamos serios y sinceros, dejemos a un margen la correción política, y reconozcamos, que al margen de unas cuantas ONG que destacan por una necesaria, brillante e incuestionable labor cómo podría ser Médicos sin Fronteras o Save the Children entre otras, la mayoría de ONG´s son una tomadura de pelo y un nido de desgraciados.

En la opinión de un servidor, hay una larga lista de ONG´s, que no son más que un saca cuartos del erario público y la sociedad civil que se nutre de individuos con ganas lucrarse y colgarse medallas, de lucirse y satisfacer su ego, y de otros tantos que sufren una indigerible moralina por vivir en la Europa supuestamente civilizada y de aparentemente buenas o mejores condiciones de vida.

Del mismo modo, opino que ésto de la solidaridad no deja de ser una auténtica paradoja. Mientras el alcaldade de Barcelona Jordi Hereu afirma que la capital condal segurá siendo solidaria pase lo que pase, pues así es la voluntad de la ciudad y sus ciudadanos, él desde sus despachos no hace absolutamente nada para paliar y evitar la miseria e injusticia social equiparable a la del Tercer Mundo que sufre Barcelona. Mientras la ONG Barcelona Acción Solidaria se congratula de su existencia solidaria y del transcurso de los hechos, entre 4 y 10 millones de euros están en manos de criminales secuestradores gracias a su labor de cooperación en lugar de destinarse a políticas sociales, que con total seguridad harían mucho bien a las famílias españolas que sufren la crisis económica y sus consecuencias. Mientras dos individuos hablan por un lado de lo mucho que han sufrido y de lo duro que han sido éstos 9 meses, y por el otro lado del orgullo que sienten por el gobierno de su país, así como de la labor que su ONG y ellos mismos desempeñan, otros 4 individuos de profunda vinculación con el terrorismo de la región han sido liberados como moneda de cambio gracias a la mala concienca, fustración personal o una solidaridad mal entendida.

Todo ésto no tiene ni pies ni cabeza. Habría que aclarar a determinada gente, que para luchar contra la injusticia social no es necesario vestirse de arriba abajo con coronel tapioca e irse a repartir latas de atún o lápices de colores en un territorio donde reina la ley del Kalashnikov, para luego acabar lamentándose de todo, y siendo rescatados a posteriori por las mismas instituciones de las que dicen ser independientes, a cambio de la liberación de criminales y una cuantiosa cantidad de millones de euros como pago, más otros tantos que habrá costado todo el dispositivo que ha habido durante 9 meses para su liberación. Y por supuesto, habría que preguntarle al Gobierno, si cada vez que un grupo terrorista-criminal decida secuestrar algún ciudadano y se produza el chantaje, éste va a sentarse a negociar y aceptar exigencias económicas y de liberación de presos, porque seguro que aceptar tales demandas no son de ayuda para que la situación en la región mejore, y que más de un grupúsculo patrio o extranjero tomará nota.

Sin ánimo de ofender, yo creo yo que no es necesario todo éste esperpento, no hay que ir muy lejos para ser solidario. Pues en la misma Barcelona, la pobreza y la injusticia existen. Sin embargo, parece ser que para ciertos cooperantes la belleza de la solidaridad reside en vivir una experiencia vital que dirían algunos, la llamada aventura solidaria registrada mediante fotos y vídeos como debe ser para luego lucirse con las amistades y uno mismo. Sinceramente todo ésto apesta, y se diría que el grado de satisfacción y autocomplaciencia es directamente proporcional a los kilómetros recorridos en la entrega de un paquete de arroz o una muñeca.

En conclusión, creo que más vale actuar localmente pensando globalmente que se dice pero no se hace. En todas las localidades, sean grandes o pequeñas existen parroquias de barrio y organizaciones de asistencia, y demás instrumentos de red social en dónde cualquier ayuda será bienvenida por el nutrido grupo de personas que pasan necesidad. En caso contrario, si tu inspiración es internacional, pensando que más allá de Occidente las penúrias son más grandes, actúa con lógica y asúme las consecuencias, o te dejas llevar por el veradero espíritu del misionero, o participas a través de la cooperación internacional de organizaciones serias y profesionales existentes, las medias tintas del explorador bondadoso vestido de coronel tapioca, con la bandera de ser un liberado de cualquier establishment pero que luego se acoge a su cobijo, que no es otro que el de 10 millones de euros y la libertad de criminales, es hipócrita y perjudicial, y más que sumar resta. En evidencia está.
Fuente: Ernesto Nieves (Tribuna de Europa)

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